Entrevista a... Fabián Yesid García
Formación En Clínica Psicoanalítica, Colegio Clínico del Río de la Plata (FARP).
—De niño, ¿qué querías ser de mayor?
De niño siempre tuve una fascinación por los insectos. Tenía varios pequeños ecosistemas en donde convivían arañas, cochinillas, tijeretas, ciempiés, etc. Pasaba horas observando su comportamiento e interacción. Había un libro en la biblioteca del barrio que se llamaba "animales del jardín" o "insectos del jardín", no recuerdo bien, allí se hablaba frecuentemente de la entomología, que es el estudio científico de los insectos. No tenía, ni tengo idea que hace específicamente un entomólogo, sólo sé que, de niño, era lo que quería ser de grande.
—¿Cuál es el primer libro con el que te emocionaste?
Seguimos con los insectos. De chico, disfrutaba mucho de los libros ilustrados. Me costó mucho interesarme por la literatura. Seguramente debido a que los primeros textos con los que me crucé fueron algunos poemas de Homero como "La Odisea" y "La Ilíada", por indicación de la escuela secundaria. Pero no fue hasta que me encontré con Gregorio Samsa y "La metamorfosis", que por primera vez logré conectar con una historia. Recuerdo que estaba realmente intrigado (y preocupado) por saber el desenlace de la historia. Ahora que lo pienso, de ese texto aprendí que no siempre las buenas novelas tienen finales felices.
—Si pudieras invitar a una persona a cenar, ¿quién sería y qué le servirías?
Me encantaría invitar a Milan Kundera. Es un señor grande, así que la cena debe ser ligera, tal vez una ensalada rusa con escalope de pollo (tal vez no es la opción más ligera).
—Como escritor, ¿qué elegirías como mascota / avatar / animal espiritual?
A mí me avergüenza un poco esta respuesta: las cucarachas (y otra vez los insectos...). Pienso que en la naturaleza no hay otro animal más resistente y resiliente. Más allá de lo repugnante que puedan ser, las cucarachas tienen una capacidad de supervivencia increíble. Sin importar la temperatura, la radiación o cualquier otra variante. Las cucarachas están en todos lados, por eso me identifico tanto con ellas; me parecen un animal digno de admirar.
—Describe tu espacio de escritura.
No tengo problema con el espacio. Cualquier lugar es idóneo para escribir. Puedo escribir en la computadora de escritorio de mi consultorio, desde la laptop en la cama, desde el celular en un café o en papel en un bar con amigos. Podría decir que lo importante no es el medio, lo que importa es el fin.
— ¿Tu familia apoya tu carrera como escritor?
Mi familia y amigos nunca supieron de mi interés por la escritura hasta que se publicó la novela. Siempre había sido muy reservado con mi fascinación por las letras. Creo que es herencia de mi madre quien siempre fue muy sensible por la poesía. La verdad ha sido una gran sorpresa para mi familia, ellos están muy contentos y me apoyan incondicionalmente.
—¿Consideras que la escritura es una especie de práctica espiritual?
Sí. La escritura es una forma de hacerse un lugar en el mundo. Es una de las maneras más simples de plasmar nuestros pensamientos, sensaciones e ideas. Es un arte que está al alcance de todos; no se necesita ser un prodigio en las letras para que lo escrito tenga un efecto catártico, de descarga y, al mismo tiempo, de conexión.
—¿Intentas más ser original o entregar a los lectores lo que quieren?
Eso es algo de lo que pienso con frecuencia. Ahora mismo estoy trabajando en una nueva novela en la que intento experimentar con nuevos elementos literarios. No sé si los lectores de "Dos Mujeres de Carne, un hombre de papel" tengan la misma afinidad con esta nueva entrega, sin embargo pienso que uno siempre trata de reinventarse, y si eso llegase a no salir bien, siempre es posible regresar.
—¿Cómo seleccionas los nombres de tus personajes?
La elección de los nombres de los personajes (y de los lugares) es algo indispensable para mí. A excepción de Lilit, todos los nombres y apellidos de los personajes son nombres de artistas, principalmente escritores: Julio Cortázar, Jorge Luis Borges Acevedo, Eduardo Galeano, Mario Mendoza, Rafael Chaparro Madiedo, Mario Vargas Llosa, Gabriela Mistral, Isabel Allende, Roberto Bolaño, etc.
Hay todo un proceso de selección detrás: inicialmente hago un listado de los artistas que deseo homenajear y, posteriormente, empiezo a jugar con posibles combinaciones que se ajusten a mis expectativas estéticas. Es todo un proceso meticuloso y obsesivo.
—¿Cuál fue tu escena más difícil de escribir?
Las escenas de violencia y/o abuso siempre son difíciles de transmitir. Como todos lo que relatamos historias, nos metemos en los zapatos de cada personaje y experimentamos, en carne propia, todo el dolor, el terror y el miedo que se viven en ese tipo de circunstancias. Vemos a la cara nuestros propios demonios y, en el mejor de los casos, podemos enfrentarlos.
Alguien podría decirme, "Fabian, si tanto te angustia escribir ese tipo de escenas, ¿por qué lo haces?" Y la respuesta es simple: la escritura no es sin la angustia. Una novela no es tal sin la cuota inexorable de drama y tragedia.
—¿Para ti cuál es la parte más fácil de escribir?
Lo primero que empecé a escribir, y en lo que me siento más a gusto, son las cartas, en su mayoría, románticas. Así como la novela no es sin la tragedia, tampoco lo es sin el romance. Siento que el romanticismo es una forma muy interesante de ver la realidad, en la que a pesar de que te das cuenta que el mundo puede llegar a ser una mierda (perdón la palabra) tienes posibilidad de reírte de lo absurdo y suspirar por aquello que vendrá. No obstante, también pienso que bajo el discurso de lo romántico se naturalizaron cosas terribles como el machismo, el racismo o la guerra. Así que pienso que puede ser un arma de doble filo.
—¿Cómo manejas el impacto emocional de un libro (en ti mismo) mientras lees la historia?
Yo trato de dejar fluir todas las sensaciones, desde las más gozosas hasta las más displacenteras. El papel es mi cómplice y testigo mientras recorro las líneas, ya sea como lector o como escritor. Disfruto mucho suspirar cuando algo me hace ilusión, llorar cuando algo me acongoja o reír cuando algo me causa gracia. Lo más maravilloso es el punto cuando al leer o escribir un párrafo, puedo decir al final, "ese soy yo", "a mí también me pasa(ó) lo mismo", "pensé que era el único". Ese instante de identificación en el que te das cuenta que no estás solo en el mundo, que hay otro bicho raro como vos (a propósito de los insectos).
—Describe tu héroe o heroína de libro perfecto.
Hay una frase que ha marcado mi escritura y es: el héroe es héroe muerto. Cuando un protagonista muere marca una imposible vuelta atrás. Podríamos decir que es ponerle una firma implagiable. Eso, por un lado.
Por otro lado, un héroe debe ser un representante de lo femenino, ojo que no digo de la mujer, de lo femenino en cuanto el encanto, lo estético y la pasión.
Lo último, tiene que ver con el sacrificio. El héroe tiene llevar hasta las últimas sus ideales, así tenga que sacrificar hasta lo más sagrado para él o para ella.
— ¿Qué es lo más sorprendente que descubriste mientras escribías tu novela?
Aunque suene gracioso, descubrí que tengo alma de chismoso. El chismoso es aquel que tiene una historia que contar, que no sabe si es verdadera o falsa. Se extiende por las ramas y añade cuanta información extravagante tenga a la mano para adornar el chisme.
Lo particular del chisme es que tiene una estructura que logra despertar la curiosidad del escucha, el cual no está tranquilo hasta conocer el desenlace del mismo. "Dos Mujeres de Carne, un hombre de papel" es un gran chisme con el que los lectores no están satisfechos hasta devorar todos los capítulos.
—¿Tienes un personaje favorito que hayas escrito? Si es así, ¿quién? Y qué lo hace tan especial.
Es muy difícil para mí elegir un personaje favorito. Los amo a todos y al mismo tiempo los detesto. Si tengo que elegir algo que los haga especiales es que, en algún punto, reflejan lo más patético de la existencia humana. Y sé que puede sonar pesimista, pero volvemos al romanticismo, la vida tiene mucho de patético y no por eso no vale pena vivirla. Me encanta que eso quede reflejado en mis personajes.
—¿Cómo fue para ti meterte en la piel de tus personajes?
Creo que algo de esto ya respondí anteriormente. Es un carrusel de emociones. Puedo sentir el amor, la pasión, la seducción, el erotismo, el romance, la ilusión, la ansiedad, la tristeza, el desasosiego, la angustia. Siento tanto la brisa que toca la cara de la protagonista cuando mira por el balcón, como la nostalgia que siente al percatarse de su soledad.
El mayor reto literario ha sido ponerme en la piel (o en la carne) de una mujer. Relatar la experiencia desde una voz de mujer, y en primera persona, tiene muchos obstáculos, sobre todo porque no existe una única versión de lo que es ser una mujer. He escuchado algunos comentarios positivos al respecto y otros no tanto, las opiniones están repartidas.
—Imagina que te encuentras con alguno de tus protagonistas frente a frente, miras alrededor y no hay nadie que os pueda escuchar, ¿qué le dirías?
¡Andá a terapia!
—¿Cuál fue el punto culminante de escribir este libro?
Esto lo he dicho en otras entrevistas. Yo me considero un reciclador de retazos literarios. Escribo en muchos momentos, incluso en las situaciones más extrañas. La cuestión es que algún día decidí darle una forma todos esos poemas, cartas e historias que tenía armadas y nació "Dos Mujeres de Carne, un hombre de papel". Creo que generalmente tengo un empuje a terminar las cosas que dejo a medias y sentía que tenía una deuda con todos esos viejos textos olvidados.
—¿Qué libro inspiró tu última novela?
Rayuela de Cortázar, el túnel de Sábato y la inmortalidad de Kundera.
—¿Cuál es el significado del título?
Hay un problema con el título y es que de entrada puede ser interpretado como una novela machista, ¿no?: las dos mujeres que se tienden a los pies de un varón. Claramente no se trata de eso. La matemática del título apunta a un hombre, que nunca llega a pasar al acto, que queda atrapado por las confusiones amorosas. También el título hace alusión a lo que, para mí, diferencia a los hombres y las mujeres (lo cual no lo pongo en términos de mejor o peor, porque sería sexista) que tiene que ver con la forma de encarar las realidades del contexto. Por ahí suene un poco complicado, pero si se sumergen en la novela, podrán entender mejor lo que quiero decir.
—¿Puedes compartir con nosotros algo sobre el libro que no esté en la sinopsis?
Al final de libro... Jejeje, odio los spoilers. No sé, tal vez que toda la historia es un mal entendido. Que el desenlace no es lo que se espera; y que no hay final feliz (también depende que sea un final feliz para cada uno). Creo que es muy fácil poder leerse en el texto y ubicar particularidades de sí mismo a lo largo de la trama. Pero obviamente, varía dependiendo del lector. Hay gente que le ha encantado la novela y hay otra gente que la ha detestado y eso me parece enriquecedor que haya diferencia de opiniones. Eso me permite crecer como intento de escritor.
—Si tu libro se convirtiera en una película, ¿quiénes serían las celebridades que lo protagonizarían?
Nunca lo había pensado. Voy a irme de generoso y tomar la artillería pesada de Hollywood:
Lilit: Kristen Stewart
Alicia: Jennifer Lawrence
Julio: Penn Badgley
—¿Estás trabajando en algo en este momento que te gustaría compartir con tus lectores?
Actualmente estoy trabajando en una precuela de "Dos Mujeres de Carne, un hombre de papel" la cual tendrá un grado de dificultad mayor de lectura que su antecesora. Allí se atarán algunos cabos sueltos, que han quedado así a propósito para poderle dar continuidad a la historia.
Desafortunadamente no he tenido mucho tiempo ahora, por mis compromisos académicos y laborales, para dedicarme de lleno a la escritura creativa, pero por lo menos ya estoy en proceso de construcción de la maqueta y de los personajes, que al igual que los anteriores, son patéticos y desorientados.
—¿Dónde pueden los lectores encontrar más información sobre ti y tus libros?
Pueden seguirme en Instagram @fabianyesidgarcia
Si están interesados en adquirir el libro, ya sea en físico o en digital, pueden comprarlo por Instagram en @dosdecarneunodepapel o @tinta.libre
De igual manera pueden encontrar algunas reseñas interesantes en el Goodreads de la novela:
www.goodreads.com/book/show/56680044-dos-mujeres-de-carne-un-hombre-de-papel
Juguemos a: Cualquiera o…
—Té o café… Café (con leche)
—Caliente o frío… Caliente
—Película o libro… Película
—Coca Cola o Pepsi… Coca
—Persona de la mañana o Noctámbulo… Noctámbulo
—Ducha o baño… Baño
—Ciudad o país… Ciudad
—Redes sociales o libro… Libro
—Libro de bolsillo o ebook… Libro de bolsillo
No puedo más que agradecer a Fabián Yesid García el cariño puesto en esta entrevista a la vez que la inmensa generosidad al regalarme su libro, uno que espero disfrutar pronto.
Gracias de veras, te deseo mucho éxito y espero poder realizarte una nueva entrevista en cuanto te animes a sacar esa precuela.
López de Val
P.D.: Os dejo por aquí la promesa de lo que es una maravillosa obra literaria.
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