Entrevista a... Jonathan Sánchez
Jonathan Sánchez |
Jonathan Sánchez (La Habana, 1996) es estudiante de la Facultad de Psicología de la Universidad de La Habana y escritor de ciencia ficción, fantasía y realismo mágico. Miembro del Taller Literario Ariel de Marianao y ganador del Premio Especial del Jurado en el XI Concurso Literario de Ciencia Ficción y Fantasía “Oscar Hurtado 2020”. Primer lugar en la categoría de cuento para adultos del Encuentro Municipal de Creadores Literarios de Marianao 2019 y otros.
— ¿Cuándo te diste cuenta por primera vez de que querías ser escritor?
Recuerdo haber escrito mis primeros cuentos cuando cursaba el cuarto o quinto año de la escuela primaria. Por supuesto, en aquel momento no me pasaba por la mente, ni de casualidad, soñar con ser escritor. Ya en mis dieciséis o diecisiete, matriculo en el taller de creación literaria Punto de Giro, dirigido por un escritor de experiencia. Allí conocí las herramientas y técnicas básicas de la escritura y me percaté de que realmente se me daba bien escribir. De darme cuenta de que era bueno a querer ser escritor fue un instante. Siempre me había gustado contar historias, me había enamorado de la narración no sólo con los libros, las películas y las series también influenciaban en ese gusto. Escribir sería entonces mi manera de contar esas historias, darle forma a las fantasías que de otra manera no podría.
— ¿Cuál es tu palabra favorita y por qué?
Nunca había pensado en eso. Hay muchas palabras que me gustan, sin embargo, si me pones entre la espada y la pared, tendré que decidirme por una… y será: intimidad. No suena tan bien como me suenan “clásico” o “imperio”, pero mi inclinación a ella es por el significado que encierra. Hay pocas cosas que yo aprecie más que la intimidad. Es uno de los pilares más fuertes en cualquier tipo de relación profunda.
—Si pudieras hacerle una pregunta a un autor, ¿cuál sería la pregunta y a quién se la harías?
Si fuera posible le preguntaría H. P. Lovecraft si en algún momento llegó a incomodarse, a sentirse mal con las historias que escribía. A veces yo me he sentido perturbado por acontecimientos que narro o por la forma en que lo hago y me gustaría saber si a alguien con obras tan oscuras como las suyas no le pasaría lo mismo.
— ¿Has leído algo que te haya hecho pensar de manera diferente sobre algún género diferente al tuyo, pongamos por ejemplo romántica, biográfica, etc…?
Hace un par de años leí una novela titulada “Fabián y el caos”. Trataba sobre la vida de un joven gay durante los primeros años de la Revolución Cubana. Es una historia abordada desde la temática conocida como realismo sucio, es decir, se expone la realidad de manera poco o nulamente adornada, las escenas de sexo muy gráfico y el lenguaje en extremo vulgar son elementos predominantes. Por lo general yo rechazaba consumir este tipo de novelas, no por lo gráficas o “vulgares”, si no, porque me parecían relatos trillados, con tramas predecibles que solo buscaban vender a través del sexo y las “malas palabras”. No obstante, “Fabián y el caos” cambió mi perspectiva. A mi criterio, es una obra tan bien llevada de principio a fin, con personajes tan bien construidos, que es una pena no darle una oportunidad si te la encuentras en los estantes de alguna librería o en Internet.
—Si pudieras invitar a una persona a cenar, ¿quién sería y qué cocinarías? (Vivo o muerto)
Jay Moriarty fue un importante surfista americano que murió muy joven, mientras hacía lo que más le gustaba. Su vida y esfuerzo son inspiradores. Si pudiera invitarlo a cenar (y si aprendo a cocinar decentemente), es probable que comiéramos yakimeshi, un arroz frito al estilo japonés. Jamás lo he comido pero parece interesante.
— ¿Cuál es tu talento oculto? (Que no sea escribir)
Además de escribir se me da bastante bien dibujar y producir alguna que otra melodía en ordenador. Las personas cercanas a mí conocen estos talentos, así que no son para nada ocultos. Desearía que mi talento oculto fuera saber bailar o cantar, pero hasta ahí no llego.
—Como escritor, ¿qué elegirías como mascota/ avatar/ animal espiritual?
Sin duda elegiría un perro. Creo que el perro es uno de los animales más simbólicos y entrañables que el ser humano ha tenido a su alrededor por decenas de miles de años. Podría comparar la curiosidad característica de los perros con mi manera de ser, y sobre todo a la hora de escribir, pues suelo ser muy inquieto, creativamente hablando, cuando estoy de lleno en la investigación para algo que quiero escribir o mientras le doy vueltas en la cabeza a una idea o personaje. Además, sí o sí tiene que ser mi avatar un perro porque muchísimas veces he escrito con uno de ellos a mis pies; la mayoría ya no está y sería bonita forma de honrarlos.
— ¿Quién es tu villano literario favorito y por qué? ¿Y tu héroe?
Mi villano literario favorito no es un personaje en sí, no al menos desde el punto de vista estándar. Se trata del Ingsoc, el partido socialista inglés ficticio de la novela 1984, mi favorita. El Ingsoc es la representación de un sistema de gobierno tan opresor e implacable que nada escapa a su control, no pierde de vista ningún detalle y al tener a casi todo un país como miembro de sus filas, está en cada rincón, en todas las miradas; lo quieras o no eres parte de ese sistema omnipresente. Lo prefiero como “personaje” porque plasma con elegancia la realidad actual de los gobiernos autoritarios, que son más de lo que uno piensa. Es tan poderoso y me despierta tantas emociones que casi lo veo personificado, casi que lo puedo tocar. Da miedo.
Por otra parte, mi héroe literario favorito es Don Quijote. Sabía lo que quería, y aunque todos le dijeran que era una locura, igualmente se lanzó a buscarlo, luchando hasta el cansancio. Es un símbolo de humanidad.
— ¿Cuál es el consejo más valioso que te han dado sobre la escritura?
Cuando empecé, no recuerdo quién me dijo que nunca dejara de escribir. Puede que tal vez parezca un consejo simple o manido, pero, a mi parecer, es la mejor recomendación que me han dado con respecto a esta carrera. Pienso así pues escribir es una labor muy difícil, de mucho sacrificio, con la que en demasiadas ocasiones no verás el fruto de tu trabajo. En Cuba se hace tal vez el doble o triple de difícil, considerando que es increíblemente lejana la posibilidad de publicar con las mayores editoriales nacionales si no eres ganador de un concurso cuyo premio sea publicar o si no tienes contactos en lo que yo llamo “la mafia literaria cubana”. Por tanto, si de verdad se anhela hacerse de un espacio en la literatura, no puede uno dejar de escribir, por incontables que sean las decepciones y los obstáculos. Ese “nunca dejes de escribir” es el que me impulsó y me impulsa a seguir.
— ¿Cuál es tu estación favorita para escribir y por qué?
Hay que empezar diciendo que en Cuba las estaciones del año no están bien definidas. Estamos demasiado cerca del ecuador. Aquí básicamente hace un calor tremendo todo el año y, a partir de octubre o noviembre, vienen los frentes fríos a refrescarnos un poco. Rara vez la temperatura baja de los 15 grados Celsius. Prefiero escribir cuando los frentes fríos nos están haciendo la vida más llevadera, sobre todo en la noche. Siento que las ideas fluyen mejor, se piensa mejor. El calor constante agota.
— ¿En quién confías para la crítica objetiva y constructiva de tu trabajo?
Dos personas: mi novia y mi mejor amigo. No tienen pelos en la lengua para decirme las cosas tales y como son. Si no les gusta o creen que puedo mejorar algo, me lo dicen y ya, sin rodeos ni mentiras. Mi novia tiene talento para darme ideas, opciones que me ayudan a ver mis historias desde otro punto de vista… y se burla “constructivamente” de líneas que yo tenía trazadas pero que luego de ponerme en la perspectiva de ella, vi que no eran tan buenas como pensé. Mi mejor amigo es profesor de literatura y una que otra vez escribe lo suyo. Me aporta mucho en cuanto a la revisión técnica de mis obras, es como tener un editor de mejor amigo.
—Imagínate esto: no te sientes inspirado y has estado frente al pc/papel durante una hora sin dominar las palabras. ¿Cómo haces fluir tu creatividad?
Lo usual es que lo deje. Abandono esa tortura de tener el espacio en blanco para escribir y que no te salga nada. La odio. Hago cualquier otra cosa: veo una peli o serie con mi novia, salimos de paseo con el perro, chateo con amigos o me pongo en función de alguna tarea de la casa. No pienso más en escribir hasta el día siguiente, en el cual las palabras suelen salir a chorros.
— ¿Sientes que es más importante tener a) personajes fuertes; b) giros de trama alucinante; o c) escenarios épicos?
Los personajes fuertes me parecen muchísimo más importantes que giros de trama alucinante o escenarios épicos. Imagina que conoces a alguien interesante en una fiesta y luego de hablar y compartir durante horas, te das cuenta que esa persona podría ser tu media naranja porque es inteligente, graciosa, un poco tierna pero con carácter. Ahora, esa misma situación podría haber ocurrido, en vez de en una fiesta, en el trabajo, en la playa, en Marte o en medio de un castillo medieval. El lugar ha cambiado, sin embargo, aunque el escenario influya, es probable que la persona te siga pareciendo interesante. En una historia pasa lo mismo, personajes correctamente construidos, profundos, pueden llevar el peso de la narración sin necesidad de artificios extras, por mucho que pueda ayudar el cambio drástico en la trama también.
— ¿Cuáles son las cinco palabras que describen tu proceso de escritura?
Disciplina, concentración, entusiasmo, rompecabezas y amor. Amor es quizás la más importante, tengo que enamorarme de lo que escribo, de mis personajes, de mis palabras, para que todo fluya con naturalidad y los lectores puedan amar el hecho de leer la historia tanto como yo amé el hecho de crearla.
—No soy muy dada a leer ciencia ficción aunque sí fantasía, dime algo que me estimule a lanzarme a ello. Y ya que estamos, ¿consideras que existe alguna diferencia de peso entre ambos géneros?
Siendo escritor de ciencia ficción, además de fantasía, te confieso que no soy fan de todo tipo de ciencia ficción. No me gusta la ciencia ficción dura, por ejemplo, aquella en la que los detalles científicos son descritos con gran precisión y la obra parece más un tratado que una narración. Busco historias más llevadas a lo humano, a lo social, a los problemas que cualquiera de nosotros podría afrontar en un momento determinado. Sí podría recomendarte historias de este tipo, son muy interesantes, proponen matices frescos de la realidad que comúnmente no vemos. Contrario a lo que mucha gente piensa, la ciencia ficción no es “literatura de escape”, es una manera de hacer metáforas con nuestros contextos, nuestras situaciones y su carácter suele ser bastante universal y perecedero.
La diferencia principal que existe entre ambos géneros es que la fantasía versa acerca de mundos, situaciones, personajes, etc., inclinados a la magia, a lo imposible, a lo irracional, lo sobrenatural. En cambio, la ciencia ficción se basa más en datos científicos, en especulaciones, sucesos acaso posibles.
—Hablemos de tu trabajo. ¿Alguno de los personajes principales ocupa un lugar especial en tu corazón? Si es así, ¿por qué?
Sí, el protagonista, Cass, un robot jazzista. Ocupa un lugar especial en mi corazón porque durante los tres meses que me tomó escribir la novela debí pensar como él. La mayor parte de la novela es narrada por este personaje, que además me encantó crear y desarrollar. Casi todo el tiempo tenía que inventar bocadillos ocurrentes y un poco faltos de respeto para él, característica suya que me agrada. Es irreverente y egoísta, no medita las cosas y a veces la vanidad lo consume; no obstante, en el fondo, sabe que puede ser mejor. Si algo positivo podemos señalarle es su perseverancia, un poco radical, pero perseverancia al fin.
— ¿Cuáles fueron los desafíos claves que enfrentaste al escribir este libro?
“El girasol” inicialmente sería un relato. Uno de los desafíos clave que tuve que enfrentar fue poder alargar la historia para convertirla en una novela corta pero de manera que no aburriera y fuera lo más divertida posible (divertida sin perder seriedad). Otro obstáculo era que la obra fuera original, hay tantas historias sobre robots que eso es engorroso. En vez de intentar construir un elemento “novedoso” para el libro, se me ocurrió tomar elementos comunes de la ciencia ficción como las distopías y el uso de biotecnología para hacerlo más interesante, bajo una mirada diferente.
— ¿Qué inspiró la idea de esta novela?
Como dije con anterioridad, antes de ser novela, la historia sería contada en un relato de no más de diez páginas. La inspiración de aquel relato vino de manera muy casual. Estaba yo navegando en Pinterest en busca de fondos de pantalla para el móvil. Quería imágenes de aspecto retro del dúo francés de música electrónica Daft Punk. De repente me encuentro con la foto de uno de los integrantes vestido con su traje de robot y sosteniendo un girasol frente al lente de la cámara. Ese fue el origen. Traté de escribir algo relativamente corto que involucrara un robot y una flor cualquiera. De aquel relato no llegué a terminar la primera página, me gustó tanto la idea que después de dos o tres semanas decidí convertirla en una novela completa. Como ahora la obra sería más larga, busqué activamente más inspiración. Pensé que debía mantenerme fiel a la “inspiración primaria”, por tanto, basé a Cass, el personaje protagónico del que ya hablé, en el aspecto del artista francés en aquella foto. Luego, el ambiente de la ciudad de San Francisco (donde se desarrolla casi toda la trama), el resto de personajes y la cultura en general que se respira en el libro, fue basada en el arte, tecnología y estilos de vida que podía encontrarse en las grandes ciudades occidentales durante los años 70, 80 y principios de los 90. De esa manera logré hacer una especie de homenaje a Daft Punk, en cuanto a música y visualidad.
— ¿Qué parte de la obra te ha costado más escribir?
Sin dudas fue la parte en que los protagonistas escapan en un auto de la voracidad de una bestia salvaje a las afueras de San Francisco. Fue un trozo duro de plasmar, está lleno de acción y velocidad, aunque también de diálogos graciosos para disminuir la tensión y muchos detalles que no se podían pasar por alto. Me tomó días escribirla, no recuerdo cuántos, pero me hizo pensar varias veces en desistir de terminar la novela.
— ¿Puedes compartir un fragmento que no esté en la propaganda o en la sinopsis?
Dejo el inicio del cuarto capítulo, uno de mis preferidos y donde la novela comienza a tomar un ritmo agitante:
Las clases de teatro no te vendrían mal, dijo la madre robótica de Noir cuando él aún aprendía a leer. En el momento la idea no le hizo demasiada gracia al analfabeto, pero, sin importar que un robot nazca en las fábricas ya con el tamaño que tendrá de por vida, la madre es madre, y si intimida, intimida. Así comenzó su breve recorrido por el mundo histriónico, de la mano excitada y severa de un profesor humano de teatro, que si bien raspaba en lo tiránico, obtenía sublimes resultados con sus discípulos. El bajista lo demostraba esa noche en la casa de Orión Lo-Fi.
El hombre de la voz áspera, en su frenesí de hambre o de ganas de importunar, abrió las puertas de la gran alacena y se topó con Noir. Dio un ligero salto hacia atrás por la sorpresa. El robot no se movió, no habló. A sus ojos, dos lucecillas azules, los opacó conscientemente. En teoría, Noir igualaba en su exterior a un robot muerto.
— ¿Estás trabajando en algo en este momento que te gustaría compartir con tus lectores?
Ahora estoy trabajando en mi próxima novela, que se aleja mucho del tema y el tono de “El girasol”. Es una historia fantástica centrada en el folklor y la cultura de Cuba. Su protagonista es un típico joven cubano que vive en una realidad donde los seres sobrenaturales de todo tipo coexisten con los humanos. El chico se verá envuelto en el negocio de cazar criaturas místicas peligrosas para poder ganarse el pan de cada día. Será una obra llena de aventuras y diversión, aunque también nos mostrará facetas de la Isla que normalmente no se muestran en las guías de viaje ni los folletos turísticos. Además, creo que será una buena forma de que el público, tanto nacional como extranjero, aprenda acerca de los mitos y leyendas cubanos (no obstante, también se introducirán elementos de distintas culturas del mundo que han influido e influyen en la Cuba de hoy).
— ¿Dónde pueden los lectores encontrar más información sobre ti y tus libros?
Pues muy fácil. Pueden saber más sobre mí y mi trabajo en las redes sociales. En Facebook se me puede hallar como Jonathan Sánchez Marrero, en Instagram como @jonamarrerowriter y en Wattpad bajo el nombre de jonamarrerowriter. Próximamente también estaré en Boukker y Goodreads utilizando mi nombre completo tal cual lo uso en Facebook.
Juguemos a: La última vez que…
Te sorprendiste… Hace unos pocos días, en medio de una tormenta eléctrica. Cayó un rayo tan cerca de casa que daba la sensación de que nos hubiera caído encima. No fue tanta la sorpresa como el susto de muerte.
Te reíste tan fuerte que lloraste… Eso me pasa bastante a menudo y creo que la última vez fue con algún chiste de mi novia.
Lloraste con una peli o un libro… Con la película “Vivo”, hace una semana más o menos.
Bebiste alcohol… Hace unos días mientras ayudaba a mi novia a cocinar.
Recibiste un gran consejo de un colega… Hará un mes quizás, cuando tú me hablaste acerca de buenas maneras de promocionar mi libro.
Abrazaste a un animal… No han pasado cinco minutos de que abracé a mi perro, él se asegura de que uno lo abrace todo el tiempo.
Tuviste un encuentro paranormal… No creo en los encuentros paranormales, soy muy realista por esa parte; pero si lo tuve, ni me enteré.
Hiciste algo por lo que estás orgulloso… Haber publicado mi libro es una de las cosas que más orgulloso me ha hecho sentir en la vida.
Hiciste algo por lo que te avergüenzas… Sin querer pecar de estirado, simplemente no recuerdo cuándo fue la última vez que hice algo que me avergonzara. Seguro estoy de que algo tonto habré hecho en los últimos días, pero no me viene a la mente.
El Girasol |
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