Reseña de lector... ¿siendo escritor?

Mis queridos lectores:

Cuando realicé mi entrada anterior, una reseña de un libro que estábamos leyendo en una LC (y el cual recomiendo), me vino a la cabeza la duda de si tenía derecho a realizarla. Me explico: por supuesto, como lectora tengo todo el derecho del mundo a dejar constancia de lo que me ha parecido un libro, creo que es una herramienta estupenda para otros lectores, yo misma busco las críticas para tomar la decisión de leer este o aquel libro, y conste que sí, que también leo las de una y dos estrellas. Es más, primero me fijo en la de una porque la mayoría de las veces son tan estúpidas que me dan a entender que el libro es bueno, lo único que aquella persona que ha perdido su tiempo buscando como un ser en busca de la droga que le haga ser feliz dentro de su infelicidad, pues que se trata de un troll haciendo de las suyas para que ese libro deje de tener visibilidad en las plataformas de ventas (un rollo donde entran los algoritmos, la visibilidad, el sube y el baja en los puestos de ventas, etc.). Yo misma he sufrido uno, en el que me dejó una preciosa única estrella y ni siquiera había comprado el libro... Pero en fin, a lo que voy.


    Mi duda no surge como lectora sino de cómo tener la cara dura de realizar una crítica siendo también escritora.
    Hace tiempo que dejé de leer como lectora, no puedo evitar fijarme en cosas que antes no hacía, como por ejemplo en cómo está construida la frase, en si tiene faltas de ortografía, si usa bien o mal las tabulaciones a comienzo de capítulo e incluso si el punto antes o después de la raya larga es adecuado usarlo en ese diálogo (y eso que yo en todo esto aun cojeo)... Ya no solo está la historia, la cual deseo disfrutar, entran en juego otros factores que antes ni veía, solo me sentaba y leía, disfrutaba de manera plena, pero ahora entran esos "oh, me encanta el uso que hace de la primera persona", "cómo es capaz de describir de esa manera tan sublime". A veces es, realmente, frustrante porque no tienes ganas de analizar sino de disfrutar, dejar la mente en blanco y meterte en la historia de tal manera que te quedes en la maravilla del primer sustantivo: lectora.
    Luego viene eso de aprender de los colegas, de ver qué agilidad tienen al realizar los giros, cuáles son sus secretos a la hora de construir un personaje, de la sencillez con la que hablan entre ellos y sentir que incluso lo hacen contigo.


    Y siendo escritora ¿qué derecho tengo yo de reseñar a un colega? ¿Cuál es mi sabiduría para esa desfachatez y descaro? ¿Acaso no me queda mucho que aprender?
    Vayamos por partes. Supongo que el derecho que tengo es el mismo que puede tener él cuando me toque el turno. No me considero sabia, por lo que recurro en la medida de lo posible al lector que vive en mí para llevar a cabo semejante osadía. Y aprender, ay, amigo, moriré aprendiendo.
    Para ser honesta, la razón por la que me gusta hacer reseñas es por un lado porque quiero dejar constancia de si el libro me ha gustado y compartirlo con mi gente y, por otro, para ayudar a un colega de profesión. Si supierais lo difícil que es conseguir reseñas. Si supierais el subidón que da ver las estrellas, y ya no eso, un comentario privado o público, qué más da, algo que te haga seguir trabajando con alegría y ganas, muchas ganas.
    Es por todo esto por lo que decidí hacer una sección de reseñas ¿porqué no ayudarnos? ¿Porqué no dejar de ser egoísta y dar un poco de apoyo a nuestros colegas?

Besos románticos,
López de Val

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