Hola chi@!!!
Buenaaaaasss!!!Hoy te traigo la noticia de que he presentado unos pocos microrrelatos al II concurso de microrrelato de novela negra de la editorial Artgerust. Y digo yo ¿por qué no probar suerte?...
Puede que pienses que ¿cómo es que lo hago si soy escritora de erótica?, mas, eso no es del todo cierto, puesto que mi primera novela está en esa rama pero eso no quiere decir que no me guste escribir otras cosas como ya dije en mi última entrevista (enlace que dejé en un post más antiguo ;-P).
Así que, como prueba de ello te dejo uno de los que he presentado, en el que he puesto más sentimiento, incluso llegando a erizárseme el vello al hacerlo pues la vivencia de las imágenes que evocaba en mi mente eran del todo fuertes y agresivas.
Besos indefinidos.
"Golpes con sabor a maquillaje"
Aquella puta quería cabrearme de verdad. Lo que no sabía es que no hacía falta apretarme mucho para conseguirlo. Era un hombre violento, lo admito. Un hombre que no sé muy bien por qué disfrutaba con la violencia, y aquella putita era alguien con quien desfogar la rabia acumulada después de haber discutido con mi mujer, esa zorra a la que no podía tocar por ser hija del comisario.
Buenaaaaasss!!!Hoy te traigo la noticia de que he presentado unos pocos microrrelatos al II concurso de microrrelato de novela negra de la editorial Artgerust. Y digo yo ¿por qué no probar suerte?...
Puede que pienses que ¿cómo es que lo hago si soy escritora de erótica?, mas, eso no es del todo cierto, puesto que mi primera novela está en esa rama pero eso no quiere decir que no me guste escribir otras cosas como ya dije en mi última entrevista (enlace que dejé en un post más antiguo ;-P).
Así que, como prueba de ello te dejo uno de los que he presentado, en el que he puesto más sentimiento, incluso llegando a erizárseme el vello al hacerlo pues la vivencia de las imágenes que evocaba en mi mente eran del todo fuertes y agresivas.
Besos indefinidos.
"Golpes con sabor a maquillaje"
Aquella puta quería cabrearme de verdad. Lo que no sabía es que no hacía falta apretarme mucho para conseguirlo. Era un hombre violento, lo admito. Un hombre que no sé muy bien por qué disfrutaba con la violencia, y aquella putita era alguien con quien desfogar la rabia acumulada después de haber discutido con mi mujer, esa zorra a la que no podía tocar por ser hija del comisario.
Pobre furcia. Yo venía de buen grado a solicitar su marcha del pueblo, pues al parecer su labor social estaba inquietando a las puritanas que asistían a misa los domingos y demás día parroquiales.
Una vez más le ordené que se fuera y tras un “Cabrón” como respuesta la emprendí a golpes contra su cara repleta de maquillaje exagerado. Al principio se defendió, bastante bien por cierto, pero finalmente la reduje a nada y me fui dando por zanjado el asunto, dejando tras de mí un cuerpo ensangrentado por su chulo.
Copyright © Golpes con sabor a maquillaje, Eugenia Torres (López de Val).
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